Cartas.

Todo el mundo escribe en papel y lápiz sus ideas, pensamientos o conversaciones alocadas mientras te aburres en cualquier lugar. Sea por la mañana, tarde o noche. Eso no importa. Lo que realmente importa es cómo tú te sientas. Con fuerzas para comerte en mundo o para caerte desde el vigésimo piso que te encuentres asegurándote la muerte súbita. ¡NO! No más desengaños inesperados. Estoy harta de que cuando escribamos cartas haya gente que no lea con sentimiento lo que esa persona escriba, si no, todo al contrario. Se burle de ella. Eso está muy mal. Odio escribir cartas o cotilleos, yo soy más de historias. Mi imaginación no tiene fin, aunque...sólo si está deprimido, pero no más idioteces, he cambiado. Un cambio sano, porque cuando se escribe es para dibujar tu propia sonrisa en papel que ponga: "HAPPY".

Princesa.

Supongo que no nací con la corona puesta, soy invisible ¿Y? eso no importa, sólo he de reescribir mi nueva historia sin nada ni nadie, he decidido que yo soy lo más importante y llorar por alguien está mal a no ser que no sea por una causa justa. He viajado tanto en tan poco tiempo que recuerdo cuando era una niña, esa niña está volando sola como un globo que viaja o se pincha en medio del camino. Ojalá no haya paz dolor para la niña, esa niña que crece cada vez que la hieren.